miércoles, 15 de octubre de 2008

Tuberculosis de 9.000 años

BBC ciencia
Los restos fosilizados de una madre y su bebé ofrecen la evidencia más antigua que se tiene de un caso de tuberculosis (TB) en seres humanos. El hallazgo tuvo lugar en Alit-Yam, un antiguo asentamiento neolítico cerca de Haifa, en Israel, y fue realizado por expertos de la Universidad de Londres y la Universidad de Tel-Aviv.
Según los científicos británicos e israelíes, los huesos habían estado sumergidos en el Mediterráneo por 9.000 años (Alit-Yam está localizado dentro de una marisma y las sepulturas quedaron envueltas en barro y eventualmente cubiertas por una gruesa capa de arena y agua salada).
Esto, señalaron los investigadores, evitó que los huesos se deterioraran y ofreció un ambiente ideal para la preservación de los esqueletos y su ADN, lo que permitió confirmar la bacteria de tuberculosis en los restos.
El descubrimiento, que aparece publicado en la revista de la Biblioteca Pública de Ciencia PLoS One, confirma que esta enfermedad es 3.000 años más antigua de lo que se pensaba.
De madre a hijo
Tal como explicaron los científicos, el tamaño de los huesos del bebé y la extención del daño causado por la tuberculosis, sugiere que la madre pasó la enfermedad al bebé poco después del nacimiento.
En los análisis del ADN de los huesos los investigadores encontraron la Mycobaterium tuberculosis, la bacteria que causa la TB. Se cree que tanto la madre como el bebé vivieron en una época de enorme transición, cuando el hombre pasó de ser cazador y nómade a un estilo de vida sedentario basado en la agricultura.
"Lo que es fascinante es que el organismo infeccioso definitivamente es la cepa humana de la tuberculosis" dijo la doctora Helen Donoghue, una de las autoras del estudio.
"Y esto contrasta con la teoría original que afirma que la TB humana evolucionó de la TB bovina después de que se domesticó a estos animales".
Tal como afirmó la investigadora, la nueva evidencia confirma que en una comunidad con animales domesticados, la cepa infecciosa fue realmente la forma humana de la enfermedad.

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